Es una ciudad agradable e interesante con historia muy diferente del resto del país. Es una ciudad agradable porque gracias a su papel como puerto importante domésticamente e internacionalmente, tiene un ambiente más cosmopolita que la mayoría de otros lugares del sur. Las calles son rectas y anchas con el Paseo del Prado; la calle mas importante que corta la ciudad y se estrecha hasta el final de la península. La calle se estrecha hasta la zona de Punta Gorda y al norte por la bahía. Existen miradas especulares desde aquí especialmente por la caída del sol, cuando la bahía se convierte en una apariencia calmada.
Si visita la ciudad, no olvide pasear por la parte este del parque José Marti, hay la impresionante Catedral La Purísima Concepción que fue construida en 1870. También teniendo vista al Parque Marti está el Palacio Provincial del Gobierno, un gran edificio con bellas columnas y suelos de mármol. Al oeste la Casa de la Cultura y en la parte norte del Parque, el Teatro Tomas Terry es un edifico maravilloso e impresionante con su fachada cubierta de murales con mosaicos multicolores. El Museo Histórico contiene recuerdos militares de la zona que pertenecieron a los que participaran en las numerosas batallas por la independencia y la libertad.
El Palacio de Valle en la Punta Gorda, una casa de campo de estilo morisco, fue comprado por Alejandro Sueso Balbin. Sus colores rosados no disminuyen al edificio que contiene algunos muebles y porcelana excepcionales. El Jardín Botánico tal ves lo más famoso en el país, aloja más de 2000 plantas tropicales y sub-tropicales. En la colección impresionante de especies, hay más de 200 tipos de plantas de araceaes. Existe también una colección de especies diferentes de palmas indígenas de Cuba.
La playa Rancho Luna, situada a 20 kilómetros al este de la ciudad, es todavía muy tranquila y aislada. El Castillo de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, ubicada a 22 kilómetros de la ciudad, fue al origen utilizado por los espaňoles como un pequeňo fuerte que sirvió guardar a los traficantes quienes estuvieron acostumbrados a entrar en la Bahía de Jagua para obtener agua fresca y comida de los locales. Ahora es un edificio más sustancial después de la decisión de los espaňoles de desarrollarlo para defender la ciudad de los fuertes ataques ofrecidos por los buques ingleses durante la guerra entre Espaňa e Inglaterra.
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